Lázaro Yuri Valle Roca: Nuevo Vedado 4 de enero de 2019. La
Habana, Cuba.
De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a
pensamiento. José Martí.
Se
llama “Fuerza centrípeta” la fuerza, o el componente de la fuerza que actúa
sobre un objeto en movimiento sobre una trayectoria curvilínea, y que está
dirigida hacia el centro de la curvatura de la trayectoria. El término
«centrípeta» proviene de las palabras latinas centrum, «centro» y petere,
«dirigirse hacia», y puede ser obtenida a partir de las leyes de Newton.
Este
mismo principio es el que hace 60 años se aplica al pueblo cubano, una poderosa
fuerza centrípeta llamada Partido-Estado, dirigida hacia el centro “El
soberano” que es acorralado por este mecanismo, el soberano que viole esta
fuerza es aplastado con saña y alevosía, hasta sus familias son devoradas sin
compasión de ningún tipo.
La soberanía del ciudadano es la
superioridad no superada en cualquier orden inmaterial. En política, el
soberano es el ser superior que tiene el poder de decisión, de imponer leyes
sin recibirlas de otro, de donde emana y se ejerce el poder, por tanto, no está
sujeto a las leyes escritas, sino que las crea”.
La
Revolución cubana, fue copiando una concepción del Estado y el Derecho ajenas a
nuestra cultura e idiosincrasia, también de nuestro hemisferio, que ni siquiera
había conocido los adelantos que trajo al mundo el Iluminismo o la Revolución Francesa.
Al pueblo cubano le fue ultrajada su libertad ciudadana por un sistema que
aniquila toda expresión política, artística, cultural e intelectual a menos que
estemos a favor de sus intereses políticos e ideológicos. Aunque la soberanía
misma ya no es el concepto absolutista que se predicaba tiempos atrás, en Cuba
se implantó y se mantiene violentamente el Estado y el Derecho.
Nuestro
Apóstol José Martí para ilustrarnos cómo desde el siglo XIX, había visto los
peligros que acarrea para el ciudadano el sistema socialista escribió: “Dos
peligros tiene la idea socialista, como tantas otras el de las lecturas
extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y rabia disimulada
de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse,
para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados”. En
este pensamiento describe fielmente la verdadera personalidad y propósitos de
Fidel Castro que, como buen emulo de Belfagor quitó a un dictador para erigirse
el más dictador de todos, engañando e intimidando a un pueblo arrebatándole su
más preciada arma o derecho, libertad voz y voto.
Siguiendo
la historia de mi país después del año 1959, y confrontar con la más enaltecida
frase de la constitución norteamericana, que quizás sea la menos lograda desde
el punto de vista del derecho político, We
the people (Nosotros el pueblo), Me hago varias
preguntas “¿Quién es el pueblo?”. “¿Quién dice ser el pueblo?”. “¿Dónde queda
el pueblo cuando quien lo representa dice hablar y obrar en nombre del?”.
“¿Quién en definitiva conforma la voluntad política de un país, constituido en
un Estado?”. “¿El ciudadano?”. “¿O los representantes del pueblo?”. En
realidad, ¿Quién es el soberano? Y ¿Quién debe ser el soberano? ¿Quién en
realidad es el beneficiario? ¿Por qué si soy el soberano no puedo ceder mi
parte de soberanía a quien yo decida el más capaz o mejor? Remitiéndome al
pensamiento de Martí ¿Por qué debo permitir que la Constitución de mi país esté
por debajo de un Partido y de un gobernante? Y ¿Por qué tenemos que soportar
que en nuestra Constitución se haga referencia a dos extranjeros con tantos
cubanos ilustres, de vergüenza y mujeres que desbordan nuestra historia de
luchas libertadoras con ejemplos de sobrado valor que cualquier hombre?
José Martí tuvo una magistral
respuesta a todas estas interrogantes: “Haremos los cubanos una revolución por
el Derecho, por la persona del hombre y su Derecho total, que es lo único que justifica el sacrificio a
que se convida a todo un pueblo”. “O la república tiene por base el
carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y
pensar por sí propio, el ejercicio íntegro de sí y el respeto, como de honor de familia, al ejercicio íntegro de
los demás; la pasión, en fin, por el decoro del hombre, o la república no
vale una lágrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre de nuestros
bravos. Para verdades trabajamos, y no para sueños”. “Que cada opinión esté
representada en el gobierno… que no se vea obligada a ser la oposición… ni
influir en el gobierno como enemiga obligada, y por residencia, sino de cerca,
con su opinión diaria, y por Derecho reconocido. Garantía para todos. Poder
para todos”.
Después de leer y razonar sobre este
pensamiento de nuestro Apóstol José Martí, no me queda más que cerrar este
artículo diciendo di #NOal531 porque
#CubaDecide este nuevo proyecto de
Constitución que no fue consultado con nosotros el “Soberano” nace nulo de
origen y por ende inconstitucional, creo que he expuesto razones de sobra para
que todos digan junto conmigo #No al
nuevo engendro de la dictadura, cambiando a fuerza centrífuga del “Soberano”
hacia la dictadura, podemos lograrlo si nos lo proponemos espero que este año
así sea, porque somos los que mandamos no un Partido ni un gobierno dictador
como el que tenemos.
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