Victor vive en la ventana de la derecha pintada de azul |
Lázaro Yuri Valle Roca: Nuevo
Vedado viernes 6 de septiembre de 2013. La Habana. Cuba.
Víctor llama al 106 este
martes 3 de septiembre, y después de un largo timbre responde la operadora de
la policía.
-Oficial Marta en qué
puedo servirle-
-Mi nombre es Víctor,
vivo en calle 26 # 119 bajos entre 13 y 15 Vedado, necesito que manden una
patrulla que he matado a mi papá a mi mamá y a mi abuelita-
Víctor es un joven de 25
años, que tuvo una infancia muy desdichada. Sus padres padecían problemas
psiquiátricos, los que también el heredó.
Su padre lo maltrataba
física y verbalmente, descargándole toda su incontrolable agresividad que entre
otras cosas se le exacerbaba, por ingerir desmedidamente bebidas alcohólicas.
Así se desarrolló la
niñez y juventud de Víctor, viendo y sufriendo como su padre un alcohólico y
con problemas psiquiátricos, descargaba su borrachera propinándole una paliza a
él, y como si fuera poco, también arremetía contra su madre y su abuela (esta madre de su padre)
En varias ocasiones el
muchacho ya siendo un adolecente trató de salir en defensa de su madre y su
abuela, encontrándose que las dos defendían a su padre y la emprendían contra él.
Víctor el pasado año en
un gesto de desespero por no encontrar solución y su incapacidad de resolver
los problemas y contradicciones interiores que confrontaba, atentó contra su
vida, tratando de ahorcase en el puente de hierro del río Almendares el que une
a los repartos Vedado y Miramar.
El intento fue infructuoso
ya que al ser descubierto por varios transeúntes, y, que la soga se partió por
estar podrida, cayó al río llevándose un buen baño.
Debido a este intento de
suicidio fue ingresado nuevamente en el Hospital Psiquiátrico de La Habana (Mazorra)
Donde recibió atención médica y tratamiento, que cuando estuvo terminado
después de varios meses fue dado de alta y enviado para su casa.
De vuelta a su suplicio,
se mantuvo sedado hasta que dejaron de hacer efecto los medicamentos y electroshocks
que le habían dado en el hospital.
El
pasado viernes 30 de agosto, según algunos vecinos, Víctor ya se veía algo
alterado y ansioso, se acostó a dormir esa noche y soñó con todas sus
desgracias y demonios, una imagen se repetía contantemente su padre golpeando a
toda la familia provocando que retomara sus ideas suicidas y de muerte.
Se levantó el sábado 31
en la mañana bien temprano cuando aún todavía la familia dormía, tomó el bate
conque él jugaba beisbol de niño, se paró frente a la cama donde dormían sus
padres, y la emprendió a batazos contra ellos sin darles chance de gritar o
defenderse.
Siguió para la cama de la
abuela de 80 años, a quien mató del mismo modo, y sin perder tiempo corrió a la
cocina agarro el cuchillo y apuñaló a su padre varias veces.
Después de observar por
un breve espacio de tiempo lo que había hecho, con toda naturalidad y sangre
fría, procedió a meterlos a los tres en la bañadera, y la llenó de agua.
Arrastró una silla del
comedor y se sentó a observar a su familia la causante de su sufrimiento, muerta
en la bañadera de la casa.
Su comportamiento se
mantuvo normal como si no hubiese sucedido nada en absoluto, haciendo las cosas que tenía como costumbre.
El lunes al mediodía la
vecina de los altos llamó a su casa por el patio interior, para que le alcanzaran unos palillos de
tender ropa que se le habían caído, según la vecina Víctor la atendió muy bien,
incluso le preguntó por el olor a animal muerto, a lo que este le respondió que
debía ser alguna rata muerta.
El martes 3 de septiembre
en la tarde, Víctor al parecer tuvo un momento de claridad u otra ilusión de su
mente enferma, entonces hacía su llamada para denunciar el asesinato por él
perpetrado.
Víctor esperó fuera de la
casa a que llegara la policía, quien con naturalidad les hizo señas al
patrullero indicándoles donde era, a los que también gritó-¡Ey! es aquí, vengan
apúrense-
Y ahí fue cuando los
vecinos se enteraron del escalofriante suceso.
Dicen los vecinos que
debido a la magnitud de los hechos que hasta el ministro del interior estuvo
dentro de su auto parqueado frente a la casa, así que pueden imaginar la
cantidad de policías y gente se aglomeró en esa cuadra.
Después de analizar los
hechos no puedo pasar por alto las coincidencias existentes, como que la casa
del lado tuviera el #121 trayendo a mi mente aquella novela de suspenso del escritor
belga Stanislas-André Steeman escrita originalmente en francés y publicada en 1939. L'assassin
habite au 21 (en español El asesino vive en el #21) y en la que el asesino firmaba con una
tarjeta con el nombre de "Mr. Smith"
Novela puesta en nuestra
televisión, y que era objeto de chiste entre varios amigos, muy particularmente
cuando a uno de nosotros su barbero le hacía una cucaracha, al que le decíamos
tu barbero se llama "Mr. Smith" y vive en el 21.
Como 21 es el número que
identifica a la policía política que reprime a nosotros los opositores al
gobierno.
Qué coincidencia más
horrible ¿Verdad?
Comentarios
Publicar un comentario