A 30 años de la muerte de mi abuelo Blas Roca.

Diario Granma

Lázaro Yuri Valle Roca: Nuevo Vedado 29 de abril de 2017. La Habana, Cuba.

Me encontré con un vecino hijo de un general, que me ha preguntado por qué me metí en esa mierda, a ser periodista independiente y opositor al gobierno al que le respondí con tranquilidad y respeto.

Mis abuelos Blas y Dulce

Mira le dije, sobre la mesa tengo un bulto de periódicos tremendo, acumulación de toda una semana, no he podido detenerme a revisar El Mentiroso como se le dice al parcializado Granma, Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, que responde a los intereses de sus integrantes y no del pueblo cubano, uno de ellos de fecha jueves 27 de abril, publica en primera plana con letras grandes “Recuerdan al líder comunista Blas Roca Calderio” Esto me sorprendió ya que a 30 años de su muerte el 25 de abril de 1987, no se ha publicado un escrito en primer plano, recordando un aniversario de su muerte.

Mis abuelos con una amiga mexicana Adelina Sendejas

No pude evitar que me agolparan tantos recuerdos, entre ellos 1980 plena migración del Mariel, yo pasaba el “Servicio Militar Obligatorio” en Tropas Guarda Fronteras la Griffin lancha interceptora en el que navegaba como Electro navegante, tuvo que varar para hacer reparaciones en Casablanca puerto de la Habana, allí vi como un hombre que presuntamente quería abandonar el país fue casi asesinado por una multitud de personas, quede muy impresionado y frustrado por no poder hacer nada por este hombre, traté de que no le dieran más y casi me matan a mí también, llegué a mi casa y estaba mi abuelo, le conté lo sucedido y me dijo “Usted hizo bien no puede permitir que esas cosas sucedan, esos son métodos fascistas” no me dijo nada más.

JUnto a mi madre Lydia Roca de  izq a derecha mi primo Roberto, mi hermano Ernesto al frente y yo detrás mi abuelo Blas

Mis abuelos fueron quienes me criaron, siempre me decían que yo sería lo que fuera capaz de lograr, sin maltratar, sin hacer malas acciones ni guataquearle a nadie, que mis criterios e ideales los que fueran los defendiera con firmeza, nunca me dijeron que tenía que ser comunista porque ellos lo eran, me inculcaron la libertad de pensamiento, recalcándo que ese era un derecho que tenemos todos lo humanos al nacer.

Yo con mis abuelos en uno de sus recorridos por Cuba

Por ellos conocí la Constituyente de 1940, de cómo trabajaron y lucharon para que fuera referente y una de las más avanzadas de su tiempo, a la altura de los países más desarrollados, que el partido tenía un periódico llamado “HOY” clínicas mutualistas, el hospital Ginecológico y Obstetra Maternidad Obrera de Marianao, por ellos supe de personas que a pesar de ser de diferentes partidos e ideologías, podían ser buenos amigos al punto de arriesgar todo, por defenderlos y librarlos del fusilamiento por venir en la invasión de Playa Girón. Viví como ellos lo hacían, sencillos y austeros, yo ayudaba a mi Abuela a cargar los mandados de la bodega de 13 personas, vivíamos juntos en la misma casa, fui testigo de cómo los Castro le proponían a mis abuelos se dieran una buena vida, lo que ellos siempre declinaron.

Mi abuela Dulce

Sufrí el divorcio de mis abuelos con la anuencia de Raúl Castro, un matrimonio de más de 50 años para casarlo con su secretaria, boda a la que solo asistió de la familia mi tío Vladimiro, pudieron disolver esta unión gracias a que mi abuelo, no estaba en condiciones mentales optimas por un derrame cerebrovascular, el coagulo destruyó su cerebro.

Mis abuelos con un campesino

Fueron muchos años de humillación y desprecio, éramos como la peste donde quiera que llegábamos se nos miraba con desprecio, era la única forma de acabar con su imagen y prestigio, separarlo de su esposa y familia, cuando murió me indignó que lo velaran con tanta fanfarria, él siempre quiso y dejó escrito que lo enterraran en la tierra no en el Cacahual quería fuera en el patio de su casa sencillo sin tanta cosa, aunque me honra que descanse donde mismo lo hace hombre tan honorable como Antonio Maceo.

Mi abuelo Blas

El día que nos avisaron que mi abuelo había muerto, mi abuela Dulce me dijo sin una lágrima ni quebrársele la voz, vístase que vamos para el velorio de su abuelo, y allá nos fuimos, mi abuela muy digna y su frente muy alta se sentó al lado del féretro para darle el ultimo adiós, Fidel y Raúl Castro me llamaron para pedirme que llevara a mi abuela para la casa, yo les contesté que si tenían valor que se lo dijeran ellos para no poner palabras textuales.

En Octubre de 1987 se creó el contingente Blas Roca, allá también nos fuimos con la frente en alto, íbamos todos los domingos hasta que mi abuela enfermó, Fidel no llegaba hasta que nosotros no nos íbamos, muchos trataron de disuadirnos para que no fuéramos domingo tras domingo, tuvieron que llevarnos a otras brigadas para que no coincidiéramos con Fidel en la dirección del contingente.

Así ha sido nuestra vida, nos hemos curtido en las adversidades por eso nos tienen un especial cariño, esa ha sido la forma de enfrentarnos imponiéndonos haciéndonos presentes ante aquellos que quieren que nos trague la tierra.

Por eso elegí ser periodista independiente y opositor a la dictadura Castrista “El dolor no puede ocupar el lugar de mi corazón” aquellos que piensan que por ser familia de Blas y Dulce de los que me siento orgulloso y le doy gracias a Dios de haberme dado abuelos como ellos, yo pueda ser agente de la seguridad del estado, les digo como decimos en buen cubano “Me lo paso por mi velludo y arrugado forro”