Lázaro Yuri Valle Roca: Nuevo Vedado 3 de agosto de 2019. Habana, Cuba.
De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento.
JOSÉ MARTÍ.
El preámbulo de la nueva e impuesta Constitución dice así:
GUIADOS por lo más avanzado del pensamiento revolucionario, antiimperialista y marxista cubano, latinoamericano y universal, en particular por el ideario y ejemplo de Martí y Fidel y las ideas de emancipación social de Marx, Engels y Lenin.
Como podemos ver en el preámbulo, la Revolución cubana fue copiando una concepción del Estado y el Derecho ajenas a nuestra cultura, a nuestro hemisferio, que ni siquiera había conocido los adelantos que trajo al mundo el Iluminismo, el movimiento enciclopédico, en fin, la Revolución Francesa, y al pueblo cubano le fue ultrajada su libertad ciudadana por un sistema que aniquila toda expresión artística, cultural e intelectual a menos que estén a favor de sus intereses políticos e ideológicos. Citemos a Martí para ilustrarnos como éste, desde el siglo XIX, había visto los peligros que acarrea para el ciudadano el sistema socialista: “Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados”.
El repetido insulto a los disidentes cubanos, a quienes los cagatintas y corifeos del régimen tiránico de La Habana nos acusan de “mercenarios” por aceptar ayuda del exterior’ ahora con la nueva definición de “Mercenarios de Vocación” resulta desconcertante y absolutamente incomprensible, dado que los acusadores financiaron sus proyectos, planes y aventuras políticas con dinero robado al pueblo cubano. Por lo que les transcribo varios fragmentos del periódico Granma, en los cuales se admite el uso de dinero robado y malversado para financiar la Revolución.
Aunque pudiera citar más de un ejemplo, me limitaré a los 50 000 dólares que Fidel Castro le pidió al ex presidente Carlos Prío Socarras para la compra del yate Granma, las armas y demás gastos requeridos para la expedición del Granma y la lucha guerrillera en la Sierra Maestra.
Es necesario destacar que Fidel Castro, según él mismo confiesa, estaba plenamente consciente de que le estaba pidiendo a Prío, un dinero que Prío se había robado.
Por consiguiente, a los que difaman y calumnian a los disidentes cubanos, llamándonos “mercenarios” por recibir ayuda – que si bien proviene del exterior es un dinero limpio, honesto, no robado-, ¿cómo llamarían al que le pide y recibe financiamiento de un ladrón?
En “Comienza la hora de partir hacia Cuba”, el periódico Granma escribe, en relación al decomiso de armas por las autoridades de México de los pertrechos de la expedición del yate Granma:
“El viernes 23 de noviembre, los diarios mexicanos ofrecen informaciones contradictorias sobre la mencionada conspiración y la cantidad de armas decomisadas, en tanto la policía se mantiene en silencio respecto a los hechos. “Algunos afirman que las armas ocupadas ascienden a unos 56 mil dólares, compradas en su mayoría en los Estados Unidos…Últimas Noticias, la edición vespertina de Excélsior”, citando una fuente de la policía, informa que entre los documentos ocupados a los detenidos se encuentran cartas del ex presidente Carlos Prío Socarrás, pero la policía no comenta al respecto”.
http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/50_granma-80_fidel/ultima_semana/03.html
En marzo de 1955, la revista Bohemia publicó un artículo de Fidel Castro enviado desde la prisión de Isla de Pinos, juzgado por asaltar el Cuartel Moncada titulado "Carta sobre la amnistía", en el que expresa: Nosotros no somos perturbadores de oficio, ni ciegos partidarios de la violencia, la patria mejor que anhelamos se puede realizar con las armas de la razón y la inteligencia. El colmo del cinismo, como muy pronto se demostraría.
Fidel Castro fue liberado dos meses después, el 15 de mayo de 1955, y al mes siguiente fundó el Movimiento 26 de Julio (M-26-7), siendo su máximo líder.
El 30 de noviembre de 1956, un año y medio después de que Castro escribiese "no somos perturbadores de oficio, ni ciegos partidarios de la violencia", el Movimiento 26 de Julio realizó diversas acciones armadas y sabotajes en casi todo el país. Según Lester Rodríguez, el plan para el 30 de noviembre fue concebido por Fidel en su parte general. Hacía falta que se llevaran a cabo acciones en el resto de la Isla que impidieran al ejército batistiano trasladar sus efectivos con suficiente rapidez a la zona de desembarco. Hubo compromisos de levantamiento en Las Villas y Matanzas; y de otras acciones en parte de La Habana y Pinar del Río. En Oriente debían realizarse de manera simultánea en Santiago, Puerto Padre y Guantánamo; los compañeros de Bayamo y Manzanillo se iban a incorporar al desembarco, que sería por esa zona.
Dos días después, el 2 de diciembre de 1956, Fidel Castro desembarcó al frente de la expedición del yate Granma en las Coloradas, al sur de la provincia de Oriente.
Durante los años 1957 y 1958, el Movimiento 26 de Julio realizaría acciones terroristas en lugares públicos de las ciudades cubanas, que se correspondían con su consigna de las tres C: cero Cine, cero Compras y cero Cabaret. El estallido de petardos y bombas se convirtió en algo bastante habitual en las noches habaneras. Varios integrantes de los grupos de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio dirigido por Fidel Castro que ahora son generales del Ejército cubano realizaron un sin número de actos terroristas, relatados por ellos –después de ser autorizados por Fidel Castro– para el libro Secretos de generales, de Luis Báez, publicado en Cuba en 1996. Así, el general de brigada (r) Demetrio Monsetny Villa, se ufana:
Quemamos dos guaguas, se inutilizaron algunos otros transportes, saboteamos el tendido eléctrico y colocamos varios petardos. (…) En varias ocasiones logramos paralizar la ciudad. Saboteamos el transporte por carretera y ferrocarril, pusimos petardos y bombas, lanzamos cócteles molotov, dejamos la ciudad sin electricidad, ajusticiamos chivatos y traidores, incluyendo al gallego José Morán. También tuvimos que lamentar la explosión de un arsenal de explosivos que teníamos en la calle Aguilera, que le llamábamos el laboratorio de fabricar bombas.
Entonces con un historial de acciones terrorista, mafiosas, que obligan a los cubanos guiarse por una Constitución inspirada en los ideales de un mafioso y malversador, que financió la revolución con dinero robado al pueblo, por extranjeros que basaron su pensamiento en una utopía sin tener otro resultado que el fracaso ¿Con qué moral nos atacan y tratan de descalificarnos?
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