Los pueblos no se miran al espejo, mucho menos cuando tienen la preocupación, y el estigma, de la sobrevivencia y el hambre.
Lázaro Yuri Valle Roca: Nuevo Vedado, Julio 16 de julio de 2020. Habana Cuba.
No se puede construir algo verdaderamente bueno sobre la infelicidad de tu pueblo.
Mientras la dictadura derrocha construyendo hoteles para turistas, los dirigentes viven en suntuosas casas, con un alto nivel de vida, cuentas fantasmas en el extranjero, el pueblo cubano sobrevive en condiciones precarias, sin garantías de sus derechos fundamentales.
La situación de la vivienda en Cuba es la más crítica. Según datos recogidos en la Dirección Provincial de la Vivienda del año 2014 estos datos han subido drásticamente debido al alto nivel de deterioro de las edificaciones por la falta de mantenimiento constructivo.
En La Habana existían 108 Comunidades de Tránsito en el 2014 (información más reciente no se encuentra disponible) en las cuales hay un total de 3,853 núcleos familiares, unas 13,025 personas.
Adicionalmente existen en La Habana 33,909 núcleos familiares, 128,647 personas, que tienen sus casas en peligro de derrumbe con anuencia o expedientes de albergados.
También existe otra gran cantidad de personas albergadas o de tránsito en locales prestados por organismos del Estado. Para esta función se utilizan consultorios médicos, barberías, etc.
Los municipios con más casos de albergamiento y derrumbes en la capital son Plaza de la Revolución, Centro Habana, Habana Vieja y 10 de octubre.
En la Habana existen varias Comunidades de Tránsito: Micro 4 del municipio Habana del Este, La Campiña municipio Cerro, Cambute municipio San Miguel del Padrón, Comodoro municipio Arroyo Naranjo. Estas son las más sobresalientes debido a los problemas que presentan.
En estas Comunidades de Tránsito el estado constructivo de las viviendas es pésimo con deplorables condiciones de salubridad. Conviven con ratones, cucarachas y todo tipo de insectos, las fosas desbordadas, donde el agua tiene que ser transportada en camiones cisternas una vez por semana, crítica situación que pone en peligro la vida de estas personas.
Según la Dirección General de la Vivienda estas personas llegan a las Comunidades de forma transitoria hasta que se les asigne una vivienda, pero la realidad es otra ya que muchas de ellas permanecen en estos albergues hasta 20 años sin tener la esperanza de gozar una vivienda digna y confortable.
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