Lázaro
Yuri Valle Roca:
Nuevo Vedado viernes 27 de marzo de 2011. La Habana Cuba.
Cuando el gallo pinto se subió a
la cerca y cantó, eran las 3.00 de la madrugada, en varios kilómetros a la
redonda se sentía el ajetreo en la cocina de la finca La Esmeralda en la
provincia de Mayabeque.
La voz chillona de Maritza esposa
de Alberto, cortaba como una cuchilla la quietud de la campiña-viejo ven a
tomar el café que se enfría, la gente está al llegar de un momento a otro-el
viejo de 69 años tomó su café y siguió en sus quehaceres, al filo de las 5.00 am.
Alberto divisa la ambulancia del
pueblo Nueva Paz, que se desvía de la carretera para tomar el sendero de
entrada a su finca -Vieja ya están aquí, prepara las cosas- Alberto advierte a
su esposa.
Julito sobrino de Alberto sacaba la
cabeza por la ventanilla de la ambulancia agitando la mano para que apuraran la
operación.
Cuando la ambulancia terminó la
maniobra de parqueo y abrió la puerta trasera, apareció una señora de unos 65 a
70 años, delgada, de piel blanca y de muy finas facciones, su semblante a
simple vista marchito y el gris de sus párpados indicaba que había pasado varias
noches de insomnio.
En la camilla yacía acostado su
esposo que lo llevaban de traslado para el Hospital Cardiovascular del Vedado, tenía puesto un suero de dextrosa
en venas con otros medicamentos para mantenerlo estable.
En cuestión de segundos, Alberto
con ayuda de su sobrino introducía en el carro el cuerpo inerte de Pancho envuelto
en nylon, un excelente ejemplar de mamífero nacional (cerdo) de unas 200 libras
aproximadamente.
Detrás de ellos llegaba Maritza corriendo
con una sábana para tapar a Pancho para que no se resfríe, lo pusieron debajo
del enfermo y lo arroparon con la sábana.
La esposa del enfermo dibujó en
su demacrado rostro una sonrisa de aprobación y complacencia a pesar de su
traumática situación.
Julito el sobrino de Alberto le
dijo cerrando la puerta del lado del chofer- por la tarde te traigo el dinerito
y la sábana.
Digo si no nos paran en el punto
de control, así que cruza los dedos- y el auto salió a gran velocidad con las
luces de la baliza encendidas indicando que llevaban un enfermo grave abordo.
Tomaron la autopista pasaron el
punto de control con los nervios de punta sin que nadie los detuviera, en
varias ocasiones la acompañante y esposa del enfermo tuvo que pedirle a Julito
un trapo para secar el hilo de agua con sangre que salía de uno de los huecos
del nylon que cubría al cerdo Pancho.
En unos 40 minutos llegaban al Hospital
Cardiovascular ubicado en las calles 17 y Paseo en el Vedado habanero.
Bajaron de prisa al enfermo con
su acompañante para que no se dieran cuenta los camilleros del hospital que se
encontraba otro pasajero a bordo.
Hicieron los trámites de rutina,
y mientras los camilleros conducían el enfermo al cuerpo de guardia este y su
demacrada esposa, se despedían de sus negociantes transportadores con un leve
gesto de las manos, y el mismo dibujo en sus labios deseándoles la mayor de las suertes.
La ambulancia salió del hospital
y dos cuadras más adelante, doblaron a la derecha, volvió a doblar derecha, y
ya estaba en el mercado de 19 y B del Vedado.
Entró por la parte de atrás donde
descargan la mercancía e hicieron el negocio, dejando muy bien acomodado a
Pancho el cerdo de 200 lbs. En su última morada.
Julito y el chofer respiraban con
alivio después que recibieran el dinero y salieran montados en la ambulancia
del mercado sin haber sido descubierta su fechoría.
Pensarán que lo que han leído es
una gran coña, y no los culpo porque lo piensen, pero es la cruda realidad que
vivimos todos los días nosotros los cubanos.
Y de como nos las ingeniamos para
romper el bloqueo gubernamental y poder sobrevivir.
Así es como el gobierno hace
aperturas y después cierra las autopistas con sus policías para que suban los
precios de los productos.
Así es como el gobierno presiona
al pueblo para que piense más en como conseguir dinero para comer que en la
corrupción que los carcome.
Así es como sacan el dinero para
hacer desfiles o paradas militares imponiéndole al pueblo hambre y sacrificios
extremos.
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