Lázaro
Yuri Valle Roca:
Nuevo Vedado 8 de marzo de 2010. La Habana. Cuba.
Después de
leer el artículo, publicado en el periódico Granma, Órgano oficial
del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Del día 27 de
febrero del año en curso, y presuntamente escrito por el periodista
Enrique Ubieta Gómez, y alusivo a la muerte del opositor Orlando
Zapata Tamayo me asechan varias dudas.
A las que no le
encuentro argumentos, que sean lo suficientemente convincentes,
debido al alto grado de demagogia con que está escrito, deviniendo
su autor en un gran sofista pero con la diferencia de que ya no
convence a nadie.
¿Para quién es
verdaderamente útil esta muerte? Bueno según Ubieta y cito: “La
absoluta carencia de mártires que padece la contrarrevolución
cubana, es proporcional a su falta de escrúpulos”.
Claro está que
debemos tener pocos mártires, nuestra lucha es pacífica, no
mediante las armas o métodos terroristas como se agenciaron el poder
sus ancianos jefes.
Nosotros no
ponemos en una noche, 100 bombas para amedrentar a nuestro pueblo;
nosotros no atacamos cuarteles que se encuentran dentro de la ciudad,
poniendo en peligro la vida de seres humanos inocentes; nosotros no
matamos policías en plena calle, al contrario, somos los que ponemos
los muertos, y puedo seguir poniendo ejemplos como estos.
Señor Ubieta es
significativo, que usted quiera desacreditar la imagen de un hombre,
enumerando delitos.
Cuando todos
sabemos la Revolución se hizo por personas que emanaron de todos los
estratos sociales, e incluso ex convictos que llegaron a alcanzar
altos grados militares.
¿Qué ha hecho
este hombre? Llevar hasta las últimas consecuencias, lo más
preciado que tiene una persona, su vida.
Pero no la de
otras personas, que tratando de hacer valer sus justos reclamos, tan
sencillos como dignos, por una mejor alimentación y el cese de las
palizas y maltratos en las prisiones.
Esto para los
presos en general, no para él solamente, como usted quiere hacer
ver.
Hubo un grupo de
personas, que incluye a Fidel y Raúl Castro, enviados a la prisión
de Isla de Pinos, como se llamaba en aquel momento la actual Isla de
la Juventud.
Por atacar un
cuartel en la ciudad oriental de Santiago de Cuba. A esta prisión
llamada Presidio Modelo el cabecilla de este grupo la denominó
“prisión fecunda”
Debido a que
desde allí pudo estudiar, escribir y dirigir al movimiento armado
que se venía gestando.
Pero también se
cocinaban, y estaban separados de los presos comunes, hasta comparó
su celda con una habitación del Hotel Nacional.
Entonces señor
Ubieta ¿No cree que por lo menos se debía haber escuchado a este
hombre?
¿Usted no cree,
qué este hombre estaba consciente y decidido de lo que estaba
haciendo, y sus posteriores consecuencias?
Como esos
irlandeses que usted refiere en su artículo, y que fue uno de los
problemas que hizo dimitir a Margaret Thatcher en noviembre de 1990,
y ganarse el apodo de La Dama de Hierro.
Existe un
infierno, pero está Dios con su amor por los hombres.
Porque para
dominar a un hombre solo tienes que meterle el miedo en el cuerpo, lo
que por medio siglo ha venido haciendo esta dictadura con su pueblo.
La misma que
usted defiende, mientras ella blande la espada de Damocles sobre
nuestras cabezas.
Un gobierno que
quiso ser sabio, pero no fue político que dijo quería ser justo,
pero no fue sabio; y quiso ser político pero no fue audaz.
Entonces,
deberíamos buscar un baremo para evaluar los escritores que no se
conduelen de la muerte de un ser humano, es una acusación bastante
perniciosa.
Cuando una
persona muere, y más, defendiendo sus derechos, no es solo
lamentable, sino injustificable.
Estoy de
acuerdo, que nadie debe beneficiarse de la muerte de una persona,
porque creo que es una actitud ignominiosa, baja y espuria.
Por
lo que le digo que usted ha caído en su propia trampa, porque
defiende a los mismos que humillan, golpean y matan a nuestros presos
en las prisiones.
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